Date una vuelta bajo los soportales que rodean toda la plaza, desde donde podrás sacar fotos preciosas, jugando con los arcos y las lámparas. Y contempla una visión atemporal del que el mismísimo Napoleón denominó como «le plus élégant salon d’Europe». Y para elegantes los históricos cafés de la Plaza.
Campanario de San Marcos
En la misma Plaza de San Marcos, a un costado de la Basílica, se alza imponente el campanario de San Marcos, que con sus casi 99 metros es el edificio más alto de Venecia. La mayor parte de la torre está construida en ladrillo rojo, aunque no tardarás en reconocer una franja de mármol blanco con 4 arcos a cada lado, que es el lugar donde se alojan las 5 campanas. El conjunto se corona con una punta piramidal de bronce donde se ve una figura dorada del arcángel Gabriel.
Nos encantaría decir que es la torre original, aquella que empezó a construirse ni más ni menos que en el siglo IX, pero por desgracia en el año 1902 no pudo resistir el avance de una grieta mortal y se desmoronó. Así que la que vemos es una desconstrucción de aquella.
Puente de Rialto
El puente original, que se construyó en el año 1181, era flotante. En 1250 se sustituyó por un puente de madera, y no fue hasta el año 1591 cuando se le dio el diseño actual, de piedra y con una parte cubierta para dar espacio a pequeños comercios.
Cerca de allí encontramos el Mercado de Rialto, que tiene una parte al aire libre con puestos de frutas y verduras, y otra bajo una bonita loggia que acoge la lonja de pescado.
Teatro La Fenice
Hay numerosos edificios históricos repartidos por Venecia, pero pocos han sabido mantener el esplendor de otra época como el Teatro La Fenice. Hablamos de uno de los teatros más importantes y prestigiosos del mundo, donde se estrenaban obras de ópera y teatro de primerísimo nivel desde que abrió sus puertas en el año 1792. Haciendo honor a su nombre, resurgió como un Ave Fénix (con algunos retoquitos) a catástrofes como incendios e inundaciones, para mostrar hoy en día un mundo de opulencia y elegancia.
Tras el devastador incendio de 1996 y un trabajo exhaustivo de reconstrucción, en 2003 volvió a la actividad, que no se ha interrumpido hasta ahora. Así que presenciar una obra o un concierto en una de sus butacas rojas o palcos es una estupenda manera de terminar un día en Venecia.
Palacio Ducal
El tercero de los lugares que visitar en Venecia sin salir de la Plaza de San Marcos es el Palacio Ducal. Si la Basílica fue el alma religiosa, el Palacio Ducal fue el centro político de la ciudad, la misma que durante siglos fue considerada como el puente de unión entre el mundo occidental y oriental. Aquí es donde residía el Dux, el dirigente de la República de Venecia, una figura que estuvo vigente entre los siglos VII y XVIII.
Lo primero que llama la atención es la elegante y refinada arquitectura gótico-veneciana y los elementos bizantinos de su fachada…